Existen diversas opciones en instituciones estatales para hacer el cambio desde energías tradicionales a energías renovables no convencionales, incluso para hacerlo de manera parcial. Pero lo primero que recomienda Juan Pablo Payero a quienes desean hacer el cambio es identificar cuáles son los sistemas que más energía consumen y, sobre eso, ver dónde hay más potencial de mejora.
Independencia de los sistemas tradicionales de suministro y de emergencias, como cortes de luz, y mejores posibilidades para prevenir heladas o bombear agua son, entre otros, algunos de los beneficios asociados al uso de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en la agricultura.
Si a eso se agrega que los costos energéticos de los procesos productivos agrícolas representan en promedio el 15% del total de producción, como destaca el seremi de Energía de la Región Metropolitana, Sebastián Herrera, las ventajas de usarlas son evidentes.
Y aunque el objetivo central para el agricultor no sea la venta de energía, el atractivo es generar energías limpias, a un menor valor para ocuparlas en las distintas labores o en las instalaciones de procesamiento.
Si la duda para incorporarse a las energías renovables no convencionales es el financiamiento, eso se ve desmentido por un amplio abanico de programas e incentivos vigentes.
Así lo destaca Sebastián Sichel, vicepresidente de Corfo, quien cree que “es vital que el sector agrícola incorpore nuevas tecnologías asociadas a la mejor gestión de los recursos hídricos y energéticos para seguir siendo un sector competitivo a nivel mundial”.
Lo mismo opina Juan Pablo Payero, jefe de línea de industria y minería de la Agencia de Sostenibilidad Energética, quien destaca que “en el sector agrícola hay mucha ineficiencia en los procesos de riego. Esto puede deberse a que los sistemas de bombeo no están bien dimensionados, por ende no están llegando a los parámetros óptimos que se requiere. Incluso a veces se utilizan sistemas de regadío que no son eficientes en sí mismos, por ejemplo, el riego por inundación en vez del riego tecnificado”. Todo eso cambiaría con energías renovables.
Y así está pasando. Guillermo Blanco le cambió la cara a su campo. Miembro de la Asociación Indígena de Pequeños y Medianos Agricultores Los Lagos, cuenta con cuatro hectáreas de cultivo en Azapa. Con un subsidio de Corfo implementó dos sistemas individuales de energía fotovoltaica: uno para bombeo solar para riego con fertilización, y otro con inversor y baterías para el suministro eléctrico de la bodega/packing e iluminación exterior.
También pasó en la viña Tunquén, con un fondo de Corfo. Ángela Mochi, dueña del viñedo, puso paneles solares sobre el techo de una de sus bodegas. “Es parte de ser responsable con una actividad económica”, afirma.
Opciones para todos
Existen diversas opciones en instituciones estatales para hacer el cambio desde energías tradicionales a energías renovables no convencionales, incluso para hacerlo de manera parcial.
Pero lo primero que recomienda Juan Pablo Payero a quienes desean hacer el cambio es identificar cuáles son los sistemas que más energía consumen y, sobre eso, ver dónde hay más potencial de mejora.
Está la Ley 18.450, de Fomento al Riego, un instrumento que, a través de un sistema de concursos, puede bonificar la construcción de una obra de riego y/o drenaje y permite incorporar ERNC a los proyectos que postulan a financiamiento. La Comisión Nacional de Riego, CNR, a través de esta ley, ha dispuesto 37 concursos para 2019, con recursos por más de 67 mil millones de pesos. Para postular se deben acreditar la titularidad de las tierras y de los derechos del agua. También se debe presentar un proyecto para que se financie el regadío y para ello, un técnico debe ir a revisar los terrenos, las opciones y a través de esta persona se hace la presentación del proyecto. En 2018, CNR financió 15 proyectos por un costo total de cerca de 56 mil UF.
Además, Corfo da garantías frente a entes bancarios para el otorgamiento de créditos para micro y medianas empresas. Este no es un financiamiento propiamente tal, pero entrega un porcentaje de la garantía que las entidades financieras solicitan al momento de pedir un crédito, leasing, leaserback o factoring, según explican desde Corfo. Para pedir esta garantía, la empresa debe facturar hasta 100.000 UF al año y tener una expectativa de venta para el año siguiente de hasta 100 mil UF. Esto se hace directamente con alguna de las instituciones financieras con las que tienen acuerdo. Allí, se debe consultar por el crédito con Garantía Corfo para Inversión y Capital de Trabajo. La institución financiera realizará una evaluación comercial de la empresa e indicará qué porcentaje de préstamo cubre la garantía. Se recomienda cotizar en varias entidades antes de tomar una decisión.
También existe “Activa Inversión Riego”, que tiene dos modalidades: Modalidad Intrapredial, que subsidia hasta el 70% del costo total de los estudios relativos al riego y/o drenaje, y distribución de agua al interior de un predio, con un tope de $3.000.000; y Modalidad Extrapredial: subsidia hasta el 70% del costo total de los estudios relativos al riego y/o drenaje y distribución de agua de una organización de usuarios de aguas, que involucre predios distintos, con un tope de $9.000.000. Esto es para empresas que llevan menos de un año funcionando y que no facturen más de un millón de UF.
Para los pequeños productores, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), ofrecen asesorías, estudios y financiamiento. Varias de sus opciones están enfocadas en un agro más sustentable. Tienen concursos para riego, para estudios, para inversión en innovación agrícola, entre otros. Los programas varían en condiciones según la región y lo que se desee hacer.
Sercotec tiene el Fondo de Desarrollo de Negocios Crece, que es un subsidio destinado a potenciar el crecimiento de las micro y pequeñas empresas o su acceso a nuevas oportunidades de negocio, que se puede usar para el cambio a ERNC.
Agrificiente tiene fondos disponibles para cofinanciar los estudios necesarios para determinar qué ERNC es mejor en cada caso. Ellos colaboran con el 60% del costo del Estudio de Factibilidad (el monto máximo entregado por empresa es de 4 millones 600 mil pesos).
También hay fondos para quienes han desarrollado soluciones, a los que se puede postular en Start-Up Chile. Tiene tres programas: Para TSF 20, incubadora especializado en mujeres líderes, aportan un total de 18 millones de pesos. Para sus otros programas, aportan un total de 50 millones de pesos. Seed, la aceleradora de emprendimientos con base tecnológica para empresas que tengan hasta 2 años de funcionamiento; Huella, aceleradora que además tenga un impacto social y medioambiental.
1 hectárea de riego requiere cerca de 1 kW de potencia instalada con sistemas fotovoltaicos.
37 concursos plantea para 2019 la Comisión Nacional de Riego para financiar obras por más de 67 mil millones de pesos.
Fuente: El Mercurio
Bonita foto del proyecto fotovoltaico desarrollado en la Viña Polkura por la empresa Solcor Chile.