Con la reducción del consumo de energía también cae el costo económico para los agricultores, haciendo que la labor productiva sea mucho más eficiente, más competitiva y también más sostenible.
El alto consumo de energía en la actividad agrícola es uno de los temas que más preocupa a los productores. Por ello, la eficiencia energética en el agro y lograr disminuir los costos económicos son los principales desafíos para el sector, ya que permite que la labor productiva sea mucho más competitiva y más sostenible.
En ese contexto, Juan Pablo Payero, jefe de la Línea de Desarrollo de Industria y Minería de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE), planteó la necesidad de ser más eficiente en los procesos de riego.
“Es importante analizar, verificar y velar porque efectivamente se esté entregando el agua que el cultivo necesita”, sostuvo Payero, quien también recalcó la importancia de impulsar nuevos proyectos de energías renovables.
¿Qué medidas se debieran implementar en el agro para ser más eficientes?
En el sector agrícola, además de los costos de la energía, se ve que hay mucha ineficiencia en los procesos de riego, producto de que los sistemas de bombeo no están bien dimensionados; por ende, no están llegando a los parámetros óptimos que se requieren. Incluso se utilizan sistemas de regadío que no son eficientes en sí mismos; por ejemplo, el riego por inundación en vez del riego tecnificado.
Para hacer eficiencia energética es recomendable considerar el rediseño de los sistemas, evaluar los requerimientos que quieren los cultivos en términos de agua, y en base a eso diseñar cuál es la mejor bomba, o si por ejemplo se requiere la instalación de variadores de frecuencia que permitan adaptar ciertos funcionamiento de los equipos.
Entendiendo que el riego tecnificado es eficiente, pero consume una buena cantidad de energía, ¿qué se podría hacer, particularmente, para bajar ese consumo energético?
Cuando hablamos de riego tecnificado entendemos que hay un proyecto de riego que se ajusta de manera adecuada a los requerimientos de los cultivos, a cuánta agua requieren, en qué tiempo, con qué frecuencia, con qué caudal.
La recomendación es analizar, verificar y velar porque efectivamente estemos entregando el agua que el cultivo necesita.
¿Qué rol pueden cumplir los motores de alta eficiencia y los variadores de frecuencia?
Un rol muy importante. Cambiar, por ejemplo, bombas o sistemas de bombeos obsoletos o antiguos por bombas de alta eficiencia, con motores de alta eficiencia, va a impactar positivamente en materia de eficiencia energética, más aún cuando los variadores de frecuencia están presentes dentro de ese sistema. Ahora, es preciso considerar que no por el hecho de instalar un motor de alta eficiencia o una bomba de alta eficiencia vamos a asegurar bajar consumos energéticos; también es preciso asegurar que las condiciones de trabajo y de operación de ese motor sean eficientes y aseguren los resultados, pero, efectivamente, son muy importantes.
¿De qué factores dependen los ahorros energéticos que se pueden lograr en los campos?
El ahorro energético va a depender de qué tan eficiente sea el equipo, de cómo esté controlada la operación y del diseño del sistema de riego. Como mencionaba anteriormente, no basta con tener un sistema tecnificado si está funcionando de manera ineficiente y sin considerar otros factores para una correcta operación. Hoy día, por ejemplo, sabemos cuáles son las mejores horas para preferir el riego y en términos de requerimientos de los cultivos y de condiciones ambientales, también podemos determinar el agua que efectivamente necesitará la planta.
Los beneficios extras
Con la reducción del consumo de energía, se reduce el costo económico que pagan los agricultores por concepto de energía, haciendo que la labor productiva sea mucho más eficiente, más competitiva y también más sostenible. En términos de gestión de los activos, además, a través de programas de eficiencia energética con los cuales se mejora el control operacional, es posible lograr que los activos tengan una vida útil mayor.
¿Se necesitan diferentes tipos de medidas de acuerdo a cada sector de la agricultura?
Más allá de los sectores, las medidas dependerán de los sistemas consumidores que se tengan en determinados procesos; lo importante es identificar dónde están los principales consumos y hacer gestión con esta información;, es decir, identificar cuáles son los sistemas que más energía consumen y sobre eso identificar dónde hay más potencial de mejora. Al identificar dónde hay más potencial se puede actuar y priorizar la implementación de medidas de eficiencia energética.
El verano es la época del año donde más energía consumen los campos; ¿qué otra medida dentro de las renovables y de la gestión energética pueden implementarse más allá de poner paneles fotovoltaicos?
Lo primero es analizar el consumo energético que se tiene, independiente de la época del año en que se esté, para luego aplicar medidas de eficiencia energética y, finalmente, complementar, en el caso de que sea necesario, con energía renovable. En verano tenemos más sol y más requerimiento de agua; por ende, ahí podríamos identificar una relación directa respecto de la instalación de paneles solares, pero de todas maneras es preciso antes velar por contar con un sistema eficiente y luego pensar en fuentes de generación.
Además de la energía solar, si existen requerimientos de agua caliente sanitaria, por ejemplo, lo que se puede hacer es implementar sistemas solares térmicos, que tienen muy buenos periodos de retorno.
¿Y cómo puede mejorar la competitividad del sector agrícola estas energías renovables?
La competitividad va a estar dada siempre por la eficiencia energética; ahora bien, la generación de energía en base a fuentes limpias puede generar un impacto en la imagen o agregar valor al producto final. En términos de corto plazo, siempre va a ser más barato consumir energía de la red, puesto que hoy en día un sistema fotovoltaico se está pagando por sobre los ocho años. Pero si pensamos más allá del componente económico y consideramos los pilares ambiental y social de la sostenibilidad, hay beneficios que se traducen en valor agregado también; por ejemplo, en términos reputacionales, de diferenciación respecto de la competencia o de acceso a nuevos mercados más exigentes al incluir estas tecnologías en el sector agrícola.
¿De qué países podría aprender Chile?
Chile es un país que sabe harto sobre eficiencia energética. Yo diría que falta más centrarnos en los problemas locales que tenemos y compartir experiencias con países de la región, porque tenemos culturas más o menos parecida. Los problemas de base que tenemos para avanzar más en el uso eficiente de la energía tienen que ver más bien con un tema cultural, con la transferencia de conocimiento y de compartir conocimiento.
¿Cree que es necesario traer tecnología y conocimiento de otros países para adaptarlos a otra realidad? ¿Qué tipo de adaptación estaríamos requiriendo?
La tecnología ciertamente debemos principalmente traerla de otros países; no somos un país especializado en el desarrollo de tecnología. En cuanto al conocimiento, más que importarlo debemos ser capaces de transferirlo, tanto desde expertos internacionales como desde nuestro país. No soy partidario de traer directamente el conocimiento en bruto; lo que tenemos que hacer es generar más instancias de colaboración, más intercambios de aprendizaje, que nos permitan ir creciendo como industria respecto a estas materias; traer una persona, dos o diez que sepan no nos va a resolver el problema.
Fuente: Revista Campo Sureño