Felipe Aguilera es biólogo de profesión y trabaja en el Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Puerto Cordillera, entidad que agrupa 60 jardines, escuelas y liceos públicos de las comunas de Coquimbo y Andacollo.
Su experiencia de trabajo en temas de sostenibilidad se remonta al año 2014 cuando, en el contexto de la certificación ambiental de la Municipalidad de Coquimbo y la certificación ambiental de establecimientos educacionales del Ministerio del Medio Ambiente, buscó apoyo en diversas entidades, llegando así al Programa Educativo Integral en Eficiencia Energética, de la antigua Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE), actual Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE).
¿Cómo ha sido la implementación del programa educativo en los establecimientos en que el Servicio Local de Educación Público Puerto Cordillera es sostenedor?
El programa de eficiencia energética llegó en un momento en que la Municipalidad de Coquimbo estaba implementando “Coquimbo Limpio”, que era una certificación ambiental municipal y la certificación ambiental escolar de los establecimientos a través del Ministerio del Medio Ambiente. Cualquier programa que pudiera aportar a ese sello era bienvenido. En el 2014 llegó la Agencia Chilena de Eficiencia Energética con el programa educativo. Cada año se fueron sumando más, hasta que llegamos tener cerca de 20 establecimientos. La importancia es que este programa cubría el aspecto energético de la certificación ambiental y a las escuelas les sirvió mucho, hacían las actividades y le aportaba a su sello ambiental. Había una sinergia entre el programa y la certificación ambiental.
¿Cuál cree Ud. que es importancia del trabajo en red para tratar estos temas?
Al principio no teníamos el nombre de red, pero trabajábamos como una, porque se les informaba a todos, todos respondían, aplicaban los programas de acuerdo con sus contextos, había muestras colectivas y compartían sus experiencias. Con el nacimiento de la nueva educación pública, desde que nos traspasamos de lo municipal al Estado, el tema del trabajo en red tomó más fuerza y conceptualmente se pudo aplicar. Hace dos años empezamos a tener sesiones de red, a tratar diversos temas y con el pensamiento de que este trabajo aporta mayor profundidad al tema que se está trabajando, al desarrollo profesional de los docentes, o de movimientos más territoriales que nos beneficien a todos teniendo objetivos comunes en Red, lo que nos fortalece. Después de ser una red queremos pasar a ser una comunidad de aprendizaje, ese es nuestro objetivo.
¿Cuál ha sido su experiencia trabajando en temas sostenibles durante estos años?
Como soy biólogo, al principio llegué a apoyar a los establecimientos en temas sustentables. Se aceptaban todos los temas ambientales. Como me dedicaba sólo a eso, se pudo desarrollar más: hacíamos actividades comunales, jornadas para los niños y talleres con docentes. Con el inicio de la educación pública me alejé un poco del tema, y dejamos algo botados a los establecimientos en ese aspecto, cada uno hizo lo que pudo de acuerdo a su sello. Yo estaba más en la UTP del Servicio y veía más temas de tecnología, ciencias y medio ambiente. Decayó un poco el trabajo, porque la figura de coordinador de medio ambiente prácticamente desapareció. Sin embargo, las escuelas con sello y las coordinadoras más motivadas, siguieron trabajando, y para este año 2021 tengo más apoyo y libertad para implementar estos temas, así es que pensamos retomar con fuerza todo el trabajo que habíamos realizado.
¿Qué impacto tiene la eficiencia energética en la disminución de las cuentas de energía de los establecimientos en los que Ud. es sostenedor?
No pudimos medir el impacto en las cuentas de cada establecimiento, porque se pagaba un proporcional y no se sabía cuál era el gasto. Pero sí nos dimos cuenta de que la cultura en la comunidad educativa cambió. Hubo un cambio de actitud, se notaba en las opiniones y participación de los niños, en los apoderados que participaban voluntariamente. Cada escuela organizaba actividades masivas como por ejemplo campañas de reciclaje, jornadas de limpieza. Muchas escuelas se cambiaron al sello ambiental porque la comunidad lo pedía.
¿Qué tan importante es la educación en temas de sostenibilidad energética en un establecimiento? ¿Qué impacto puede llegar a tener en una comuna?
Si se trabaja coordinadamente y se todos aplican ciertos tips, se logra el objetivo de bajar el consumo energético. Esto se nota también en el mismo funcionamiento de la casa. Los niños antes no estaban preocupados de la electricidad. Ahora lo ven desde la conciencia ambiental y no desde la economía. Antes decían: “hay que apagar la luz porque es cara”, ahora dicen hay que apagar las luces para ayudar al planeta. Y eso se traspasó a las familias.
¿Qué le ha parecido la implementación del programa educativo integral en eficiencia energética en los establecimientos de su comuna?
La implementación siempre fue vista como un apoyo, como existía la figura del facilitador, eso ayudó mucho, porque si hubieran estado solos, no hubieran hecho mucho. Los primeros años, como eran más colegios, había mayor entusiasmo en hacer las actividades. En general, el programa impactó de forma muy positiva. Movió a la comunidad. Las actividades pedagógicas y las charlas con los apoderados provocaron un movimiento de opinión, que es lo importante. Cambiar la conciencia de la comunidad más que de reducir el gasto energético. A nivel educativo se mostró una innovación. Antes era muy difícil integrar la temática ambiental al currículum. Hacían talleres de medio ambiente pero no sabían que se podían integrar al currículum. Con el programa se dieron cuenta de que se puede trabajar en los diversos niveles educativos y de forma transversal. Eso ayudo a la innovación de los docentes.
¿Cuáles son las claves para tener una educación más sostenible energéticamente?
Insertar la temática en el currículum, en las diversas asignaturas, para que no se vean como un tema aislado. Y la intervención de otras actividades. Una salida pedagógica que se trabaje en clases con distintas asignaturas, es altamente significativo. Cuando un estudiante trabaja 15 horas en un proyecto, ese aprendizaje le queda para la vida.
¿Qué destacaría de la implementación del programa educativo y que recomendaría para mejorarlo?
El programa está muy alineado con los objetivos mundiales de la sustentabilidad, y eso le da el peso. Destaco también los kits educativos, son muy llamativos y también destaco la figura del facilitador. Mejoraría los lanzamientos, darle mayor relevancia, que se vea al sostenedor apoyando al programa. Al sentir ese apoyo, la comunidad se va integrando mucho mejor. El éxito va en implementar un trabajo compartido, territorial. Es importante generar instancias donde los establecimientos compartan sus experiencias. Tener el reconocimiento de los pares ayuda mucho. Cuando le dan realce a un programa, las escuelas lo pasan muy bien y son más participativas. Creo que la clave es meter ruido y no verlo como un tema aparte, sino que se puede integrar a la gestión del mismo sostenedor.