Por Ignacio Santelices, director ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE).
Desde 2015 en adelante se realizaron decenas de mejoras energéticas en diversos hospitales del país. Por un lado, se hicieron recambios de calderas, sistemas de clima y otras mejoras de eficiencia energética, y, por otro, se instalaron paneles solares. Los proyectos de eficiencia energética tuvieron inversiones en torno a los $200 millones por establecimiento, y generaron ahorros en torno a los $100 millones anuales. En los proyectos renovables, se invirtieron alrededor de $70 millones, y se generaron ahorros del orden de $15 millones por año.
¿Dónde creen que se hicieron las inauguraciones? Por supuesto, en los techos de los edificios, junto con los paneles solares, lo que es bastante obvio: la foto al aire libre con unos lindos paneles no tiene comparación con una de una sala de máquinas en un subterráneo oscuro.
Marzo es el mes de la eficiencia energética y es permanentemente necesario recordar los beneficios y la importancia de la eficiencia energética, porque de atractivo y glamoroso tiene bastante poco en comparación con otras tecnologías existentes.
Está ampliamente comprobado que empresas que hacen gestión de su energía pueden generar ahorros anuales de hasta 5% durante varios años; o que viviendas u otras edificaciones que se construyen eficientemente pueden reducir el gasto de energía para calefacción en más de un 50%; o que, en países con estándares de eficiencia para el parque automotriz, se venden en promedio vehículos con un 30% de mejor rendimiento que en países sin esos estándares.
Todo lo anterior está debidamente documentado y nuestra política pública ya lo está abordando a través de la nueva ley de eficiencia energética. Sin embargo, los impactos de la eficiencia energética van mucho más allá de lo que podamos lograr hoy; es clave para nuestro futuro.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica que, en los próximos 20 años, se aumentarán en un 60% los metros cuadrados edificados en el mundo, producto del aumento de la población y el desarrollo de la economía. Bill Gates ha indicado que esto equivale más o menos a construir y operar una nueva ciudad como Nueva York cada año. Pensar que vamos a poder cubrir esas enormes nuevas necesidades energéticas solo con nueva energía limpia, es poco realista, y aquí es donde juega un rol clave la eficiencia energética. De acuerdo con la misma AIE, todos los requerimientos adicionales de energía de los próximos 20 años podrían cubrirse con la misma cantidad de energía que consumimos hoy, pero si somos eficientes en su uso.
Los enormes desafíos del cambio climático, las añoradas mejoras en nuestra productividad, la reducción de la pobreza energética de nuestros hogares y la calidad de vida en nuestras ciudades requieren esfuerzos continuos en eficiencia energética. En este sentido, esperamos que, durante los próximos años, en el marco de las discusiones del impuesto verde, el presupuesto para eficiencia energética tenga un aumento considerable, tal como ocurre hoy en buena parte del mundo desarrollado.
Fuente: La Tercera