Cumplir con dos grandes categorías de actividades es clave para lograrla. Aquí, expertos explican los pasos y requisitos y detallan el perfil de aquellas organizaciones que no califican, porque les falta avanzar en cultura organizacional.
La energía y su correcta gestión e implementación hoy es, más que nunca, un factor relevante. Prueba de ello son las más de 60 organizaciones que, según la AgenciaSE, a lo largo de todo el país cuentan con un certificado ISO 50001, estándar internacional que establece los requisitos para la implementación de Sistemas de Gestión de la Energía (SGE).
Carolina Soto, managing director de Atia Consultores, explica que esta certificación apunta a seguir y sistematizar las buenas prácticas internacionales, “en este caso, en torno a la gestión energética”.
Toda empresa que desea obtener esta certificación debe seguir un proceso de implementación de los requisitos establecidos en este estándar, “ya sea con recursos propios o con apoyo de una empresa externa especializada”, explica Soto.
Esta exige cumplir dos grandes categorías de actividades, detalla Pablo Bustos, gerente de Energía de Grandes Consumidores de Colbún Soluciones. El primer requerimiento engloba las actividades estructurales, donde destacan “la política energética, planes de capacitación, toma de conciencia, auditoría interna, revisión por la dirección y todos los procedimientos del sistema de gestión”. Y el segundo, las exigencias medulares que apuntan a temas técnicos como “revisión energética, líneas base, indicadores de desempeño, planes de acción (proyectos de eficiencia energética) y seguimiento continuo de desviaciones”, explica Bustos.
Joselyn Ramírez, profesional de Industria y Minería de la AgenciaSE y encargada del programa de implementación y certificación de SGE, dice que los plazos para lograr la ISO 50001 varían según el tipo y tamaño de la empresa, y que los horizontes de implementación normalmente están entre nueve a 12 meses.
Empresas no aptas
No todas las organizaciones son aptas para lograr una certificación ISO 50001. Según el consultor senior de Servicios de Sostenibilidad de EY, Pablo Monsalve, son variadas las razones por las cuales una empresa, independiente de su tamaño, no puede certificarse: “Van desde el bajo nivel de involucramiento de la gestión de energía en la cultura organizacional que no logra generar los impactos en los objetivos y metas propias establecidas con anterioridad, hasta un incumpliendo de los requisitos medulares y estructurales de la normativa ISO”.
Algo similar observa Carolina Soto, identificando “la falta de liderazgo de la alta dirección”, frente a sistemas que “requieren de un compromiso e involucramiento por parte del equipo directivo de la empresa”.
Fuente: Diario Financiero